martes, 29 de mayo de 2012

A médico, confesor y abogado, háblales claro.

...Y de paso, a los seguros también. Siempre te será ir con la verdad por delante, las mentiras, en los seguros, tienen las piernas muy cortas. Y piensa que, cada vez que mientes al seguro, suceden, invariablemente dos cosas:

a) te estás engañando tú, no al seguro.

b) estás perjudicando a todos los demás asegurados, y no sólo de tu compañía.

Me explico: Pongamos por caso que el sr. Ramón, llama a su aseguradora para asegurar un cochecito. Se pone él de tomador (el tomador es que el titular de la póliza y quien la paga) y conductor, y como propietario, su hijo.... Naturalmente, el sr. Ramón, de cincuenta y tres años, nos asegura que su hijo no va a conducir el vehículo, aunque sea de él, se lo han comprado para dentro de unos añitos, cuando coja más experiencia, mientras tanto, el coche lo va a llevar el sr. Ramón. O ni siquiera pone de propietario al niño, sino que se pone él de tomador, propietario y conductor, y cuando la compañía pida la documentación del vehículo, nos hacemos los longuis y ya se la mandaremos dentro de seis meses... si se la mandamos, que ya sabemos que las compañías no miran la documentación, sólo les importa cobrar el seguro. Así, el niño puede conducir y la póliza nos sale baratita, porque va con la bonificación de su padre.

¿Qué sucede en estos casos? Pues sucede que, aunque a alguno le pueda coger de sorpresa, las aseguradoras no son subnormales profundas, sino que conocen todas las trampas, tretas, triquiñuelas, argucias, subterfugios... que se puedan dar. Entre otras cosas, por la cuenta que les tiene. Así, la persona que atiende al sr. Ramón, sabe que un hombre de su edad, no se compra un Seat León de tres puertas y 195cv, sino que ese coche, es para el niño, que se acaba de sacar el carné, no tiene bonus de ningún tipo, y crean lo que crean sus padres, fuma, bebe, folla y se droga. Y sabiéndolo, le advierte al sr. Ramón "si su hijo no está incluído como conductor en la póliza, no está cubierto bajo ninguna circunstancia. No puede conducir, ni aún en un caso de emergencia". El sr. Ramón se ríe y le pide que no se preocupe, que no lo va a coger... y aquí pueden suceder dos cosas:

a)que la aseguradora crea al sr. Ramón, y, ya que está informado de lo que NO puede hacer, le dé su póliza a un precio que NO le corresponde (dado que no estamos cubriendo el riesgo adecuadamente, puesto que quien va a conducir, no es quien está declarado en póliza), y asuma usted los riesgos, amigo, o

b) que la aseguradora no crea al sr. Ramón, y le obligue a poner al menor como conductor, o en su defecto a presentar una declaración jurada mediante la cual, su hijo se compromete a no coger el vehículo bajo ninguna circunstancia, y si lo hiciere, eximirá al seguro de toda responsabilidad. O bien que no le crea, pero en lugar de ponerle condiciones, le ponga lo que las aseguradoras llaman "precio disuasorio", o sea, ponerle un precio de esos que tienes que preguntar al cliente por su historial de enfermedades coronarias antes de decírselo, no sea que lo mates de un infarto.

Supongamos que nos encontramos en el primer caso, la aseguradora se lo cree (o hace como que), y lo que tiene que pasar, pasa. Esto es, que el hijo del sr. Ramón conduce el coche todos los días y también por las noches, domingos y fiestas de guardar. Y tanto va el cántaro a la fuente... que se sacó el bonobús: una noche fatídica, se la pega contra una farola. Llega la policía, se levanta atestado, y llega el momento de dar parte al seguro. Y naturalmente, el seguro ve en el atestado policial que quien iba conduciendo, no era el sr. Ramón, sino su enternecedor vástago. Y aquí el sr. Ramón dirá, como dicen siempre, "es que era la primera vez que lo cogía.... es que nunca lo había cogido, y fíjese, un día, una vez, y tiene la mala suerte... es que era una urgencia, su abuelita estaba mala de tanto fumar, y bla... bla... bla...". ¿Qué hace en ese caso el seguro? Lo primero de todo, aguantarse la risa, y lo segundo, hay tres alternativas:

1) No cubrir el siniestro y echarte de la compañía (es algo que se hace MUY pocas veces, porque da mala imagen a la compañía... pero puede suceder, sobre todo si se trata de algo muy grave, con lesionados de por vida o cosa semejante. Esto es, algo que le sale tan caro a la compañía, que preferirá enfrentarse a posible mala prensa, antes que cubrirlo).

2) Cubrir el siniestro en proporción. Esto, es lo que se conoce como "infraseguro", es decir: la compañía ha cubierto el riesgo por debajo de lo que era, porque el cliente ha mentido. Supongamos que, de haber declarado al niño, la póliza del sr. Ramón e hijo, hubiera costado el triple. Eso quiere decir, que sólo nos has pagado un tercio del riesgo, así que con las mismas, te vamos a pagar un tercio del siniestro (esto suele hacerse cuando no hay daños personales, sólo materiales), y a partir de hoy, te incluímos al niño en la póliza, y a pagarla enterita y sin replicar.

3)Cubrir el siniestro en su totalidad, PERO. Esto, suele hacerse cuando hay daños personales. Supongamos que el hijo del sr. Ramón, en el siniestro, se ha roto un brazo, además de estrellar el coche y doblar la pobre farola, que no tenía culpa de nada. La compañía, para no dejar a una persona sin atención médica, cubre el siniestro en su totalidad. Pero.... pero el sr. Ramón, nos ha mentido, eso quiere decir que vamos a incluírle al niño, vamos a subirle el precio, y al año que viene, tendrá subida doble, por el niño, y el siniestro. Si se queda, va a pagar un precio astronómico, y se marcha, a la compañía le hará un favor, porque ninguna compañía quiere a un mentiroso, y vaya donde vaya, tiene el siniestro ahí que le hará subir el precio.

En caso de decir de primeras que quería hacer una póliza para su hijo, le saldría cara también, pero nunca TAN cara, me podéis creer. Los reajustes de precio que se hacen en esos casos, son brutales. Precisamente porque ese cliente, se ha comido la prima de muchos, y no interesa a la compañía, así quieren hacer un "de lo perdido, saca lo que puedas", y mejor si se marcha al año siguiente.

Id siempre con la verdad por delante, que a Pinocho le crecía la nariz, pero aquí, decrece la cartera.

"El mundo se divide en dos categorías. Los que tienen el revólver cargado, y los que cavan. Tú cavas", ¡feliz cumpleaños, Clint Eastwood!

viernes, 25 de mayo de 2012

Mi seguro se niega a asegurar mi coche

"Ustedes son un seguro, su obligación es asegurar mi coche". No hay NADA que incentive más el deseo de contratar de una persona, que decirle que no puede hacerlo. Les dices que su coche no es asegurable, y de golpe, el hombre que "sólo quería un precio así por encima...", quiere contratar con esa compañía por encima de todo. La pregunta es... ¿Puede una aseguradora negarse a contratar su vehículo?. Y la respuesta es SÍ.

Las compañías de seguros, contrariamente a lo que vemos en la publicidad, no son organizaciones de caridad, ni hermanos mayores, ni amigos por correspondencia. Lo que son antes que nada, son empresas. Y como tales, sólo han sido concebidas con un único fin: ganar dinero. Su objetivo principal, no es ayudarte, sino vender pólizas para ganar pasta, como el objetivo principal del carnicero no es velar por una alimentación sana y completa, ni darte conversación, sino vender filetes para ganar dinerito. Y en ambos casos, sabemos que si somos amables y proyectamos una imagen de cercanía y buenrrollismo, venderemos mucho más que si vamos con la verdad por delante. Porque aunque tú que me lees pienses lo contrario, la gente NO quiere saber la verdad. Pero de psicología de las masas, hablaré mañana. Hoy, una vez dejado claro que las aseguradoras son empresas, vamos a establecer por qué no aseguran tu coche.

Una empresa privada como es un seguro, a la hora de emitir una póliza, está asumiendo unos riesgos. Para hacernos una idea, es una apuesta. Tú y el seguro apostáis, el seguro dice que tú eres buen conductor y no vas a tener ningún percance con el coche, y tú dices que no puedes responsabilizarte de cómo conduzcan los demás, y que es posible que lo tengas. Si pasa el año y no tienes ningún percance, el seguro se queda con tu pasta, pero al año que viene (teóricamente) te aplicará bonificación precisamente por no haberlo tenido. En caso de que sí tengas un percance, el seguro te pagará a tí. Lógicamente, cuanto peor conductor seas, cuanto más potente, más viejo o más nuevo sea tu coche, mayor es el riesgo que asume el seguro al contratar tu póliza. Llega un nivel de riesgo determinado que la compañía, no quiere asumir y nadie puede obligarla, dado que son empresas privadas, y como tales, aseguran a quien ellos quieren.

Supongamos el caso de Johnny Bakala, a quien su madre llama todavía Juanito y le dice que tenga cuidado en los bares, no le echen droga en la cocacola, que últimamente siempre vuelve a casa con los ojos que son dos puñaladas en un tomate. Tiene dieciocho añitos, fanático de la música repetitiva y machacona, y, como la práctica totalidad de los adolescentes, se piensa que lo sabe todo y además él trabaja, y se paga las copas y los vicios él, no como esos gilís que se van a pasar cinco años en la uni pa luego ir al paro... El caso es que, aprovechando su sueldecito en negro, se compra un coche de 220cv, lo tunea poniéndole altavoces hasta en los ceniceros y lucecitas parpadeantes que dan ganas de soltarle un "la Tierra os saluda, Visitantes". Y naturalmente, lo quiere asegurar.... Ahora miradme a los ojos y sed capaces de decirme "Johnny Bakala es un conductor serio y responsable que no va a pasarse de los límites de velocidad, que no se deja llevar por un exceso de confianza, ni va a conducir en estado de embriaguez o similar", sin petaros de la risa. ¿No podéis, verdad? El seguro, tampoco.

Tened en cuenta que una compañía de seguros, tiene que velar por lo que ellos llaman "buena política de riesgos". Esto es, tener cuidadito de a quién aseguramos o no. No hay NINGUNA estrategia comercial que compense una mala política de riesgos. Si un conductor da un parte con heridos, ese único cliente, de golpe y porrazo, se puede haber comido la prima de cien clientes (también por eso las compañías tienen el convenio CIDE-ASCIDE y cosas como el reaseguro, que ya explicaré en otro momento), lo que deja a la compañía muy herida, y necesitada de cosas como altas nuevas y subidas de prima para recuperarse. Las compañías basan su solvencia en los clientes que no dan partes, y son esos los clientes que quieren tener: los que no harán gasto. No "los que hagan poco gasto", sino los que no harán ninguno. Ha habido compañías que han quebrado, precisamente por eso, por una mala política de selección de riesgos. Hace años, Asegurator (sólo por ese nombre, ya se merecían quebrar...) salió al mercado precisamente como una compañía desenfadada, hecha para gente joven... y quebró. El año pasado, Ineas, quebró por lo mismo, demasiados gastos provocados por siniestros.

Es por éste motivo que, en los seguros de vida, las profesiones como militar, o deportista profesional, son más caras de asegurar que los oficinistas, por ejemplo. En los seguros de salud, nadie quiere hacer un seguro a un señor de 80 años que ha tenido tres infartos. Y en los seguros de coche, nadie querrá asegurar a Johnny Bakala. ¿Qué debe hacer Johnny entonces? No puede ir sin seguro por el mundo... Para eso, existe una organización del estado, llamada Consorcio de Compensación de Seguros. Es una aseguradora "pública", que pagamos entre todos, en especial los conductores. En la prima de tu seguro de coche, hay una parte de impuestos que van a financiar ésta entidad, que sirve para:

a)cubrir a aquéllos conductores que las aseguradoras privadas no desean cubrir.

b)cubrir los siniestros producidos por conductores sin seguro.

c)cubrir los siniestros provocados por causas meteorológicas o atentados terroristas.

Johnny tiene que pedir, al menos a dos compañías un papelote llamado "Certificado de No Aseguramiento", que es algo que las compañías no tienen pegas en enviar, y es simplemente un documento que dice cosas como "...debido a las particulares características del vehículo/conductor, lamentamos indicarle que queda excluído de las normas de contratación de nuestra compañía", porque en el Consorcio, tampoco aseguran a cualquiera, SÓLO a los rechazados. Se trata de una póliza cara, sólo cubre los daños a terceros (porque son los obligatorios por ley), y no tiene sistema de bonificaciones, pagas a piñón fijo, y podéis creerme: pagan. Las pólizas del Consorcio, no tienen morosidad.

Cuando una compañía rechace vuestro vehículo (o a vosotros como conductores, que puede suceder... si habéis dado varios partes el año pasado, por ejemplo), tened en cuenta que hay muchas compañías. Si sois mayores de 25 años, es muy probable que os cojan en alguna, pero no perdáis tiempo pidiendo explicaciones o gritando al sufrido comercial/teleoperata que os atiende. Las compañías, no suelen negociar una negativa, salvo que ya seas cliente con tres coches y ningún parte, y a veces ni aún así. Gastad energías en buscar otra compañía, y no en enfadaro, porque no servirá de nada.

Por cierto... Hoy, es 25 de Mayo. Aniversario de la Gloriosa República de la Calle de la Mina de Melaza. LIbertad. Verdad. Justicia. Amor a precios razonables. Y un huevo duro. Con vuestro permiso, he de ir a buscar un ramillete de lilas, y a colocar el huevo duro (con la yema poco hecha y picatostes), en la tumba de John Keel.



jueves, 24 de mayo de 2012

¿Es obligatorio asegurar mi coche?

"No, señorita, no me quiera vender la moto, que a mí me dicho la policía que no hace falta, que si lo tengo en un garage no hace falta que lo asegure, y yo apenas lo uso, para usarlo dos veces al año, no me gasto ese dineral..." Si me hubiesen dado un céntimo por cada vez que he escuchado algo similar a ésto, ya tendría, por lo menos.... seis u ocho euros.

Vamos allá: hay seguros que son voluntarios, que uno contrata por el "por si acaso", como son los seguros de vida y salud, los seguros de hogar (en casas NO hipotecadas, en el caso de viviendas hipotecadas, el banco te obligará a que contrates seguro de hogar), o los seguros de mascotas, que sí, los hay y no son caros. Y hay seguros que son obligatorios, que la Ley te ordena que forzosamente los suscribas, como son los seguros para cazadores, para embarcaciones, para viajes (desde el billete que compras para irte a las Caimán a comer langosta en la playa, hasta el ahora no tan humilde billete de Metro, todos llevan incluído en su precio el seguro de viajeros), y sí, el seguro de vehículos.

TODO vehículo de motor, TIENE por Ley que estar asegurado. Y os sorprendería cuanta, cuantísima gente va por el mundo con el coche sin asegurar, de hecho, muchos casos de accidentes (desde un rozón en la carrocería hasta un atropello de sangre salpicando el parabrisas estilo Carmaggedon) en los que el conductor se larga sin dar datos, se deben precisamente a eso: a que ese avispado conductor, carecía de seguro. Y como le pesquen, se le cae el pelo.

Y diréis: "pero si el coche está parado en mi garage y no se mueve y no lo saco de ahí, no está incurriendo en situación de riesgo... ¿por qué lo debería asegurar si no se mueve...?" Bien, supongamos eso: El señor Ramón tiene un coche de los años ochenta criando polvo en su garage, que ni se vende, ni se usa para nada... quizá lo saca una vez al año para dar una vuelta a la manzana, o alguna vez que ha tenido el coche nuevo en el taller, o para dar una clase práctica a su hija la mayor, que se está sacando el carné. Un día de estos, tendrá que llevarlo al desguace, pero un día por otro, nunca se decide. Llega la renovación del seguro, y dice "bah, lo cancelo. Total, si apenas lo saco... para dar una vuelta a la manzana una vez al año, y ni eso, no voy a pagar Xcientos euros de seguro, menudos ladrones".

Cuando el sr. Ramón llama a su seguro, le dicen que no puede dejar el vehículo sin asegurar, pero, claro está, eso son triquiñuelas de las aseguradoras, que con tal de no perder un cliente, dicen cualquier cosa. Insiste en pedir baja, le indican cómo hacerlo, y en su base de datos, anulan la póliza cuando reciben el documento de baja, y añaden algo como "cliente deja vehículo sin seguro. Informado de riesgos". Y así se queda la cosa.

Tres meses más tarde, el sr. Ramón y su familia se van de vacaciones a Formentera, y aprovechando su ausencia (doña Flora, la mujer de don Ramón, se ha pasado mes y medio poniendo verdes a las vecinas presumiendo de su viaje a todo lujo, además de sus dos hijos que ya van a la universidad y no beben, ni fuman), un par de randas entran en su casa, ven el cochecito, y dicen "mira por donde, que hoy no vamos a hacer el camino de regreso a patita, sino en coche como unos señores", puentean el vehículo y se largan, no sin antes embolsarse unas cuantas pertenencias personales de la familia. En su huída, puesto que los ladrones no suelen ser modelo de prudencia, se saltan semáforos, radares, embisten un contenedor, y a un peatón que cruzaba tranquilamente, le atropellan haciéndole dar un triple mortal por los aires. Naturalmente, el involuntario acróbata y el resto de viandantes, cogen la matrícula y presentan denuncia.

Cuando el sr. Ramón vuelve de Formentera, se encuentra una graciosa citación del juzgado donde le imputan varias multas de tráfico, conducción temeraria y daños físicos a una persona. El sr. Ramón dice que él estaba fuera cuando se produjeron los hechos, que él no conducía. "Ah, bueno", dice el policía "Entonces, no se preocupe, esos daños, los pagará su seguro". Y ahí es cuando el sr. Ramón se pone blanco como un merengue recién montado.

Eso es: cuando una persona carece de seguro, los daños ocasionados por el vehículo, saldrán de su bolsillo. Además de una multita de unos 1.200 euros, por tener el coche sin asegurar. Y alguno diréis "pero es que eso, es imposible que pase....". Y os contesto "yo he visto cosas que vosotros no creeríais" (que diría quien yo me sé), y para que esos recuerdos no se pierdan como lágrimas en la lluvia, escribo esto.

Parecía imposible que el Titanic se pudiera hundir (aunque después de tres horas de peli, para mí fue un alivio que lo hiciera, la verdad). Parecía imposible que un atentado terrorista reventase en la cara de los Estados Unidos. Parecía imposible que la presa de Vajont se derrumbase. Parecía imposible que Colombo hiciera delatarse al asesino, parecía el crimen perfecto... Y los seguros estamos para prevenir las consecuencias que sin duda sucederán cuando, algo que parecía una idea perfecta, deje de serlo para convertirse en un marrón. Cuando dejamos un coche sin seguro, estamos asumiendo un riesgo que puede, no ya costarnos un desembolso económico grave, sino arruinarnos la vida con una deuda de esas que pasan de padres a hijos. Y yo sé que vivimos en el país de "eso les pasa a los demás, a los que se dejan pillar, yo soy más listo, eso no me va a pasar". Pero la única manera de que no pase, de que de verdad-de verdad NO OS PASE, es no dejar nunca un vehículo sin su seguro que, ahora lo sabemos todos, es OBLIGATORIO.

Gracias.

Ésta soy yo.

Buenos días, mi nombre es Dita Delapluma, ¿en qué puedo ayudarle?

Más o menos algo así, es lo que llevo diciendo en cada llamada que recibo, durante ocho horas, cinco días por semana. No es que sea consejera delegada de la Mutua, pero algo sí sé, y cuando tienes una idea, por escasa que sea, de eso tan complejo que son los seguros, tardas muy poco en darte cuenta que el resto del mundo, no la tiene... aunque crea que sí.

Mi modesta intención con éste blog es aclarar un poco dudas, conceptos y presunciones de algo que puede ser tan farragoso como un seguro, y que en realidad es muy fácil, pero de lo que es imprescindible saber una o dos cosas para ir sobre seguro, y nunca mejor dicho.

Periódicamente, iré publicando aquéllo que pueda seros de utilidad, intentando hacerlo siempre de forma amena, porque para palabros, ya está el condicionado general. Leeréis cosas que no os esperáis, y siempre podréis hacerme preguntas, que con mis medios intentaré contestar, o al menos os buscaré la respuesta, que siempre os será más cómodo que googlear palos de ciego por ahí.

Esperando que éste blog sea de todos y os sea útil... Encantada de haberles atendido, gracias a ustedes por su llamada.

Dita V. Delapluma.